miércoles, 21 de mayo de 2008

**Carreras Clandestinas**


La realidad de éstas carreras callejeras en las principales ciudades de nuestro país, como el D.F., es muy diferente. Se organizan por un grupo de corredores improvisados aficionados a sus autos y la velocidad; aunque algunos de ellos suelen comportarse de un modo bastante irresponsable, convirtiendo a este espectáculo callejero en un riesgo innecesario.

Técnicamente, los arrancones son una disciplina, regulada a nivel profesional, como lo es cualquier deporte; por ejemplo, el fútbol o el golf. Bajo este punto de vista, los que realizan estas justas en la calle podrían ser tan ilegales como los que juegan una “cascarita” en los miles de barrios de la ciudad. Sin embargo, en el caso de los corredores, es innegable que el grado de riesgo al que se enfrentan y exponen a transeúntes y otros conductores no se compara con una ventana rota por un balonazo de fútbol.

Haz ahora la siguiente reflexión: ¿porqué crees que en la mayoría de los estados de la Unión Americana existen pistas o calles que la misma policía cierra por lo menos una noche a la semana para que se lleven a cabo este tipo de competencias?... Personalmente, yo no creí que fuera nada más para ver coches bonitos; la respuesta la encontré en los análisis del mercado automotriz publicados por la SEMA (Specialty Equipment Market Association). Se debe a que el mercado de accesorios para autos producen más de 6,000 millones de dólares anualmente.

CITA= http://www.terra.com.mx/articulo.aspx?articuloId=121863


La realización de carreras clandestinas, donde automóviles particulares corren a gran velocidad distancias cortas en áreas urbanas, se ha convertido en una práctica habitual entre cientos de jóvenes sanantoninos que participan de estos eventos cada fin de semana.

Se trata de un evento con una estrategia en extremo sencilla, ya que apenas bastan un par de vehículos y choferes dispuestos a correr. La pista se improvisa en cualquier espacio urbano y el resto lo pone el rugir de los motores y las altas velocidades que alcanzan los automóviles en trayectos que no superan los 400 metros.

De preferencia se utilizan sectores con vías de salida expeditas, para eludir la presencia policial y a altas horas de la madrugada; donde tampoco falta el alcohol en lo que representa una peligrosa variante del carrete juvenil.

La velocidad de aceleración es fundamental para ganar el "pique" de un cuarto de milla, mientras los organizadores se preocupan de insistir al público en mantenerse detrás de la línea blanca. Una especie de árbitro con una radio portátil se comunica con un segundo sujeto instalado al final del trayecto que tiene la responsabilidad de informar sobre el ganador de cada competencia.

No es necesario inscribirse y cualquiera que se atreva puede convertirse aunque sea por escasos segundos, en un piloto de carreras.

No existen medidas de seguridad y el resguardo queda solamente a criterio de los distraídos espectadores, la mayoría de los cuales consume alcohol en torno a vehículos apostados en una larga caravana a un costado del camino.

CITA= http://www.lidersanantonio.cl/site/apg/reportajes/pags/20030601010119.html